Mi corazón bombea sangre a un ritmo frenético. Mi padre me agarra la mano, "tranquilo", me dice al oído. Algunos invitados empiezan a decirse cosas entre sí, mirando ocasionalmente hacia atrás. No soporto esos cuchicheos. Por mi mente empiezan a pasar muchas imágenes. La primera vez que nos vimos, nuestro primer beso....también alguna que otra discusión, que gracias al cielo supimos solucionar de manera sensata. Pero, también, por mi mente empiezan a pasar de la misma manera muchas excusas por las cuales llevo ya muchos minutos esperando. "El mal tiempo, el vestido...a saber", intento concienciarme yo mismo de que la situación es completamente normal.
Me acuerdo de mis abuelos, y la profunda pena que siento al no poder contar con ellos aquí.....espero que desde ahí arriba estén presentes.
Y mientras alguna lágrima quiere escapar de mis pupilas.....las puertas se abren, y, al instante, la música empieza a sonar........
....y ahí esta ella. Sabía que era un ángel disfrazada de mujer pero hoy..... se quitó el disfraz. Lentamente va acercándose a mí, mirándome, con esa sonrisa capaz de dar luz al mundo entero si algún día faltara el sol. Sus ojos marrones, para ella simples, para mi piedras preciosas, están ahora risueños, queriendo brotar alegría. Llega a mi lado, me da su mano.....si, también está temblorosa. La miro, susurro "vaya dos", y sonrío, a lo que ella me corresponde con una breve carcajada. Seguro que eso la ha quitado algo de tensión.
El juez comienza la ceremonia, leyendo unos artículos. Pero yo empiezo a divagar tímidamente en una nube. La miro. Pienso en los momentos tan complicados que ha pasado..."te lo mereces, mereces esto, y voy a luchar porque sea el día mas feliz de tu vida....de nuestra nueva vida. Pero no va ha ser el último". Aprieto ligeramente su mano. Ella suspira fuertemente, con una sonrisa nerviosa. Miro a mi hermana, quien se encargó de los anillos. Se levanta, viene hacia nosotros y nos entrega esa cajita gloriosa. La abro, se la enseño a mi ángel, que toma el mío. Le ofrezco mi mano, y me coloca el anillo que va a acompañarme siempre. Hago lo mismo, tomo su anillo y, mientras la contemplo, la coloco lentamente, y con un poco de torpeza, la alianza. Escuchamos una voz algo burlona, diciendo "podéis besaros ¿eh?", con lo que, después de varias risas por parte de todos los presentes, la levanto el velo....y la beso. Ya lo hemos hecho muchas veces, pero esta vez...es tan diferente. Sus labios se funden en los míos, como hierro candente. Los asistentes aplauden efusivamente. Sonreímos. "Te quiero". No podía decirla otra cosa en ese instante.
A continuación, el juez nos facilita los impresos....tan solo hay que firmar. Y ya está. Nos abrazamos. Todo ha terminado. Ahora empieza un nuevo camino que recorrer. Un camino lleno de baches y obstáculos, pero un camino recto, que apunta a una misma dirección.....
...y ese camino, amor mío, es el que tú y yo comenzamos a recorrer hoy. Juntos.........
1 comentario:
No tiene mala pinta jeje 😍
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