Bienvenida/o a mi blog

¡Hola querido lector/a!




Ante todo quería agradecerte tu presencia en mi mundo lejano. Tan solo espero que disfrutes de la lectura. Pero antes, una breve introducción.


Sabrás que es el amor, ¿verdad? No son solo mariposas en el estómago. Y a veces, no son mariposas. Es dolor, angustia, tristeza, aislamiento, temor... pero no siempre. Y ese sentimiento que le da a la vida un toque agridulce, es tan indispensable para vivir como el aire. Es lo que trato de plasmar en cada línea. Si, se sufre y mucho, pero a veces tenemos que sufrir para lograr un objetivo.


Por ejemplo, un escalador tiene que pasar hasta días de frío, hielo, dolor, viento, nieve... para alcanzar la cima de la montaña más grande del mundo, y poder ver una de las vistas mas bellas. Nosotros tenemos igualmente que sufrir para alcanzar a esa persona deseada, a la persona idónea. Pero, una vez alcanzada, se disfrutan de las vistas más bellas de la vida.


Personalmente, después de mucho frio, nieve y algun que otro desprendimiento de rocas, he logrado llegar a la cima. Por ello, te dejo con las huellas que dejé en el camino, y con las vistas que tengo desde esta cima tan hermosa de la vida.




¡Bienvenida/o a la aventura!



Cordialmente



Raúl

lunes, 9 de junio de 2008

Llévame Contigo

Cuando la muerte y el amor son la misma persona
cuando la combinación con la vida ya no funciona
cuando me veo obligado a olvidarme de ti
el dormir eterno parece lo mejor para mí.

Afuera llueve, no para de llorar el sol,
desde que tú me apartaste a un lado,
la sangre de mi corazón se ha desbordado,
y ya no se alegra ni con la mas bella canción.

Ya nada tiene sentido, he dejado de luchar,
la vida llegó a estar llena de tristeza y pesar,
me siento inútil, un sobrante, como el estiércol,
a la muerte es a la única a la que deseo.

Contigo mi amor, quiero estar,
contigo la podré llegar a olvidar,
llévame contigo, a un sueño eterno,
llévame aunque no exista el infierno.

A lo mas profundo de tu ser llévame,
abrázame con tus mortíferos brazos,
ahógame con tus bellos y grandes lazos,
y con tus negros labios, por favor, bésame.

Yo te amo, te anhelo desde este momento,
pido a gritos que llegues en mi busca,
no opondré resistencia ninguna,
solo pido que me mates con un solo gesto.

Porque tú eres la única que me ayudará,
porque eres la solución para poder olvidar,
olvidar su gesto, su sonrisa y su cabello,
que durante años fue mi amor verdadero.

Ahora comprendí que ella no me quiere,
que ni tan siquiera mi amistad acepta,
solo quiere verse rodeada de maleza,
y con ella regodearse delante de la gente.

¡Maldita eres, alma inicua, sin vida,
maldita eres, mil veces maldita,
porque me has obligado a hacerlo,
porque me llevas directa a mi entierro!

No sé que pretendes, no se que esperas,
la vida es así, no la adornes con perlas,
porque como el día, oscuro es este camino,
y tú eras la luz que me guiaba a mi destino.

Ahora desapareciste, me tiraste al precipicio,
donde mi nuevo amor, la muerte, me esta esperando,
ella sabe que en realidad a ti es a quien he amado,
y por eso me llevará consigo a su hospicio.

Por eso te digo a ti, sí, a ti te lo digo,
que abras los ojos y mi amor acojas,
ya que será lo único que esté contigo
cuando con la muerte me vaya a solas.

Recuérdame como aquel que te cuidaría,
día y noche tus labios quiso probar,
con tus ojos yo quería siempre soñar,
y con tu alegría siempre me dormía.

Tu eras mi niña, mi tesoro, mi alegría,
a quien quería ver cada mañana, cada día,
con quien quería estar siempre presente,
a quien distinguía del resto de la gente.

Las cosas que a ti te daría solo Dios sabe,
procuré conquistarte con mis energías,
siempre te quise, siempre te deseé,
desde que tu sola presencia existía
dentro de mi corazón había alegría,
todos los días, todas las noches esperé,
hasta el alba de mi vida tus ojos quise ver.

Pero todo esto acabó, mi amor anhelante,
con lágrimas en los ojos me despido,
me voy con la muerte para olvidarte,
y no resucitar es lo único que a Dios le pido,
ya que no quiero los ojos otra vez abrir,
para ver que a otro has querido más que a mí.