Bienvenida/o a mi blog

¡Hola querido lector/a!




Ante todo quería agradecerte tu presencia en mi mundo lejano. Tan solo espero que disfrutes de la lectura. Pero antes, una breve introducción.


Sabrás que es el amor, ¿verdad? No son solo mariposas en el estómago. Y a veces, no son mariposas. Es dolor, angustia, tristeza, aislamiento, temor... pero no siempre. Y ese sentimiento que le da a la vida un toque agridulce, es tan indispensable para vivir como el aire. Es lo que trato de plasmar en cada línea. Si, se sufre y mucho, pero a veces tenemos que sufrir para lograr un objetivo.


Por ejemplo, un escalador tiene que pasar hasta días de frío, hielo, dolor, viento, nieve... para alcanzar la cima de la montaña más grande del mundo, y poder ver una de las vistas mas bellas. Nosotros tenemos igualmente que sufrir para alcanzar a esa persona deseada, a la persona idónea. Pero, una vez alcanzada, se disfrutan de las vistas más bellas de la vida.


Personalmente, después de mucho frio, nieve y algun que otro desprendimiento de rocas, he logrado llegar a la cima. Por ello, te dejo con las huellas que dejé en el camino, y con las vistas que tengo desde esta cima tan hermosa de la vida.




¡Bienvenida/o a la aventura!



Cordialmente



Raúl

viernes, 18 de diciembre de 2009

Brevedad

La seda de tu cuerpo me viste al alba. Tu corazón late vertiginoso junto a mi pecho. Tu respirar, pausado, marca el ritmo de los segundos, de los minutos y de las horas en mi vida. Encontrarte fue como encontrar un tesoro perdido en el fondo de una selva frondosa. Yo, como explorador, quité toda la maleza que se abría a mi paso. No fue fácil. Muchas veces confundí toda esa hierba podrida con bellas flores. ¡Qué confundido estaba, y cuanto tiempo perdí! Tardé mucho tiempo en encontrar aquel tesoro, pero cuando lo abrí, todo se iluminó a mí alrededor. Por fin pude ver claramente en dónde me encontraba, y qué era todo aquello que me rodeaba. Te cogí, y nos marchamos corriendo de aquel lugar, lejos, muy lejos, a un lugar en donde no gobernara otra ley que la de nuestros corazones.

Y aquí estas, conmigo, en mi misma cama, sumida en un profundo sueño. "¿Qué estarás soñando?", me pregunto mientras observo tu pelo bañando las orillas de las sábanas. Has sufrido mucho para estar aquí. Mucha gente se opuso rotundamente. Pero unas pocas personas nos dieron su apoyo, y eso fue suficiente. Siempre será suficiente.

En el pasado también te hicieron mucho daño. Algunos no te supieron tratar como debieran. No tuvieron la delicadeza que se exige para cuidar una flor bella, delicada, y única en el mundo. Esa gran responsabilidad pasó por mí, y espero que nunca te haya hecho sufrir. Y le pido a Dios que nadie vuelva a hacerte daño nunca más. Porque no lo mereces, y menos después de todas las lágrimas que has derramado por tus mejillas. Unas lágrimas que piden amor, cariño y comprensión. Espero haberte dado todo eso, y más.

El aroma de tu piel inunda toda la habitación. Es como una droga de la que no podré liberarme jamás. Y tampoco haré nada para ello. Te quiero, te amo y te deseo. Deseo cada poro y cara milímetro de tu cuerpo, de tu pelo y de tus labios.

Es Sábado. Estás empezando a despertar. Debo concluir esta carta y marcharme, antes de que tus ojos de esmeralda vean la luz del sol entrando en la habitación. Si estas leyendo estas líneas es que no he podido volver físicamente a tu lado. Pero estaré siempre contigo, dentro de tu corazón. Porque tu corazón es el lugar más placentero y paradisíaco de la Tierra, en donde se puede habitar sin miedo a volver a morir.

Te quiero. No puedo decir que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, porque tú eres mi vida.

Solo espero que me perdones por haberte ocultado que cada día que pasaba, era un día más lejos de ti.