Necesitaba escribirte, para tener la estúpida sensación de que todo es igual que antes, aunque sé bien que no es así. Pienso que estas al otro lado, leyendo esto, y algo dentro de ti se mueve para que reacciones y te des cuenta de que somos dos estúpidos locos haciéndose daño. De que somos dos amigos enamorados. Aunque siempre, siempre, lo niegues, y te intentes convencer a ti misma de que no es así, que cuando estás triste no piensas en mí. Aunque niegues que me has hablado, no solo en sueños, sin estar ahí a tu lado. Sigue negando. Por mucho que niegues, no matarás lo que sientes.
¿Acaso no sabes que el corazón es más fuerte que la mente? Pero tu miedo es más fuerte que ambos. Por eso niegas. Por tu miedo. Pero no temas, ya que si no me quieres, me quitaré de en medio, cual perro, cual rata. Pero se bien que ni tu ni yo quiere terminar esto. Este amor que los dos disfrazamos de amistad. Esta amistad que, bien sabe Dios, es amor verdadero.
Porque tu recuerdo es un oasis en este desierto. Es maná caído del cielo. Maná dulce que despierta mis sentidos. Que me nutre por dentro y me llena de energías para afrontar las dificultades día a día. Porque tu nombre y tu sonrisa son suficientes para mi.
Sigue negando, mientras yo seguiré luchando. Seguiré luchando para tenerte entre mis brazos, aunque sean solo unos minutos, sin que importe la gente que pasa a nuestro lado, sin que importe que llueva o que nieve, o que haga frío, porque nuestros corazones desprenden calor. Un calor sincero, un calor de amor.
Sigue negando. Sigue negando que me llamas cuando estas sola, aunque no pueda escucharte. Sigue negando que no me cuelo en tus sueños, en la noche. Sigue negando. Que mientras yo seguiré diciéndote a la cara lo que tú no eres capaz de asumir. Que deseas más que yo estar juntos.
¿No te das cuenta que ya me tienes en tu posesión? ¿Que te pertenezco? ¿Que nada ni nadie me va a separar de ti? ¿No ves que he vencido a la distancia? Y venceré a tu olvido. A un olvido que finges muy bien, a pesar de que no haces otra cosa que pensar en mí. Pero sigue negando. Que yo seguiré esperando.
Aunque no me escribas ya, yo te seguiré esperando. Esperando a que vuelvas y me digas al oído lo que tantas veces le has dicho a tu corazón en silencio.
Y te seguiré queriendo.
1 comentario:
Es ciega la joven..ya sé tengo una idea!! cómprale lentes!!
Salu2.
Publicar un comentario